Una vez diseñado el producto hasta el mínimo detalle mediante nuestro departamento de ingeniería, avanzamos al siguiente eslabón: la realización del molde para rotomoldeo. Para ello, y basándonos en el trabajo de la fase anterior (diseño gráfico), los moldes se realizarán mediante la tecnología que mejor se adapte a las características de la pieza.
Cabe decir también que el molde para rotomoldeo es considerablemente más económico si lo comparamos con otras tecnologías. La diferencia podría alcanzar el 1-12 de proporción aproximadamente.
Dependiendo de sus características y/o geometrías, los moldes se realizarán de unas características u otras. De esta manera ajustaremos hasta el mínimo detalle y realizando el balance económico-técnico que garantice la viabilidad del producto.
Estos moldes pueden tener partes modulares para variar la pieza según las necesidades. Ejemplo de ello, puede ser un producto con varias referencias distintas en cuanto a dimensiones se refiere. De esta manera conseguimos optimizar la fabricación de todas ellas. También existe la posibilidad de grabar la marca de la empresa en las paredes del mismo molde. De esta manera el material adopta la forma de ella y se queda grabado en el producto.
Molde para rotomoldeo: características
El material debe tener una buena conductividad térmica para que el calor se transfiera rápida y de la mejor manera posible. Por ello el material en el que se realizan son similares. Normalmente, los moldes se realizan en acero inoxidable o en aluminio, y en otros casos en otro tipo de aleaciones.
El de aluminio es normalmente el más utilizado debido a su versatilidad y a su durabilidad en perfecto estado con respecto a los demás materiales. Además dependiendo de la superficie de los mismos, se pueden lograr diferentes texturas o acabados en las piezas. Todo previamente estudiado y previsto para que no haya imprevistos.
Estos moldes están completamente condicionados por el diseño y características de la pieza. Por eso, nos podemos encontrar moldes con más o menos partes. Desde dos piezas, hasta lo que la complejidad del producto fabricado en rotomoldeo requiera.
En cuanto a la fabricación de moldes se refiere, hay varios modos. Generalmente se fabrican por el método de mecanización, galvanoplastia o fundición. Por último comentar también que en la superficie de los mismos moldes se pueden grabar diseños. Como puede ser, por ejemplo, el nombre de la marca.
Las piezas obtenidas por rotomoldeo son huecas y cerradas (se pueden hacer operaciones de mecanizado posteriores). Las piezas son comúnmente de espesor uniforme; sin embargo, es posible crear distintos espesores en ciertas zonas aumentado la temperatura del molde, de esa manera tardará más en enfriar el material por lo que se depositará mayor cantidad.
Otra manera de variar el espesor de una pieza es controlando la velocidad de giro de cada eje, si por ejemplo en un molde esférico se quiere dejar un espesor mayor en la zona de la línea de partición, se gira a mayor velocidad el eje secundario en comparación del eje principal, así se depositará mayor material en esta zona.
Los espesores pueden variar desde pocos milímetros (mínimo 1,3 mm) hasta 10 cm. Se pueden obtener productos con doble capa, materiales espumados, moldeos sin juntas, etc.
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